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lunes, 12 de octubre de 2009

La figura paterna

Ayer te cruzaste con tu padre por la calle y no lo reconociste: se fue de tu casa cuando tenías ocho años y no lo volviste a ver hasta ayer, cuando lo viste pero no lo reconociste porque se había dejado la barba las canas las arrugas la ausencia. Él tampoco te reconoció: caminaba abstraído, pensando en el cáncer de próstata que lo matará dentro de seis meses. Jamás te enterarás de su muerte: nadie en su otra familia, la única que le importa, moverá un dedo para encontrarte, para avisarte que el hombre que golpeó a tu madre abusó de tu hermana y te abandonó abandonó también este mundo. El día que tu padre se muera será un día como cualquier otro, otro más entre los muchos días que viviste sin saber nada de él y sin siquiera pensar en ello.

jueves, 27 de agosto de 2009

Síntesis

Es así de corta:
no puedo más.

(En memoria de Felipe Granados, 1976/2009.)

miércoles, 12 de agosto de 2009

I

Este es el libro del tiempo muerto y de la ropa vieja, una mezcla más o menos azarosa de diván y piquete, la última bala que me queda. Sé que nos veremos y que beberemos pronto: juraría que a vos también te hartó este desquicio. Mañana va a llover o tal vez no: lo peor es que ha dejado de importarnos. Alguien va a llamar después de las once de la noche para dar la misma noticia más o menos fatal de siempre. Lo malo de las letanías es el infinito; lo bueno, no lo sé. Este cansancio tiene el olor de los infartos, pero un buen corazón puede hacer mucho quilombo segundos antes de quedarse quieto.

(De Familia y Propiedad/La Vergüenza Nacional, Daniel Riera)