se toma un cuaderno pentagramado. se lo apoya en un escritorio. se sienta uno en una silla, frente al escritorio. se toma luego una goma blanda y un lápiz negro semiblando. lo ideal es uno con mina hb. puede ser también uno con una mina 2b, pero no más que eso. las minas más blandas hacen manchones. tampoco es conveniente usar una mina más dura, pues las minas más duras rayan la hoja. y tanto los manchones como los rayones tienen una presencia que roza lo barroco. es decir, están a las antípodas del minimalismo. y recordemos que de lo que se trata aquí es de hacer una obra minimalista. se toma también un sacapuntas. si el lápiz no tiene punta, se le saca punta. si tiene, es probable que no haga falta un sacapuntas, pues la composición de esta obra requiere de una cantidad insignificante de grafito. lo mismo sucede con la goma: es sólo para prevenir. si hay algún error que corregir, se usa. si no, no es necesaria. se procede ahora a la escritura de la obra. se escribe primero una clave de sol. si no se sabe cómo se escribe una clave de sol, se puede chequear alguna partitura impresa, preguntar a algún músico o profesor de música, o buscar en google o en algún otro buscador de internet “clave de sol”, descartando toda referencia a la serie juvenil televisiva de los años 90 con ese nombre. también puede utilizarse una clave de do o una de fa. Todo depende de la tonalidad en que se desee escribir la obra. se toma ahora el lápiz bien afilado y se dibuja una redonda. la redonda es una figura que tiene la forma de un círculo achatado, con puntas a los costados, como si fuera el dibujo del contorno de un ojo o de un grano de arroz bastante carnoso. alguien podrá argumentar que antes de dibujar la redonda es necesario escribir el ritmo en que va escrita la obra, o al menos el compás que contiene a la redonda. error: recordemos que se trata de una obra minimalista. la redonda puede ir en cualquier línea o renglón entrelíneas del pentagrama: al igual que sucedía con la clave, eso depende de la tonalidad en que querramos escribir la obra. una vez escrita la redonda, la obra ya está lista. si se la quiere hacer más extensa, se puede agregar un puntillo, que es un punto que va al lado de la redonda, un poco hacia arriba. lo único que resta ahora es escribir el título de la obra. el título dependerá de la tonalidad en que haya sido escrita la obra. es decir, de la nota en que haya sido escrita la redonda. por ejemplo, si la redonda es un do, la obra se titulará: “obra minimalista en do”; si es un fa sostenido, se titulará: “obra minimalista en fa sostenido”; y así. de este modo, la obra estará lista para interpretarse. más minimalista no puede ser. menos que eso es el silencio. y el silencio es conceptual, no minimalista. además, lo del silencio ya está hecho. esto, en cambio, es algo absolutamente novedoso, ideal para sorprender a familiares y amigos. listo, ya está. ya puede levantarse de la silla. ¡que lo disfrute!
lunes, 29 de marzo de 2010
obra minimalista conceptual
Etiquetas:
disco conceptual,
pablo marchetti
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